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Con motivo del Día Internacional de la Mujer desde CAPSBE queremos remarcar la importancia de introducir la perspectiva de género en el mundo de la salud. Por qué si bien el Derecho a la Salud es universal, las enfermedades y la manera de afrontarlas de las mujeres y los hombres son diferentes. Por esta razón, los estudio y diagnósticos tienen que abandonar el androcentrismo para abrirse en la otra mitad de la población y dar respuesta a sus necesidades.

La OMS reconoció en 2021 que el género es un factor determinante de la salud. Es decir, ser mujer u hombre puede influir de manera significativa en su estado de salud física, psicológica y social, así como en su nivel de bienestar a lo largo de la vida.


A menudo, la investigación médica ha mirado a las mujeres como si fueran hombres. Es decir, ha ignorado sus enfermedades específicas, quejas, malestar y causas de dolor, para centrarse casi exclusivamente en el aparato reproductor cuando se habla de salud femenina.


Es un hecho que la mayoría de los ensayos médicos se hacen sobre hombres y los resultados se extrapolan en la población femenina. Cuando la realidad es que las mujeres tienen una vivencia de su salud y unas formas de enfermar diferentes; no solo por su biología sino por los roles sociales que les otorga la sociedad: cuidadoras de hijos o padres, responsables de las tareas del hogar, detallistas, etc.


Toda una serie de cargas que muchas veces condicionan el tiempo que tardan a buscar un diagnóstico o las pruebas que se los hacen (funcionan los estereotipos de que son propensas en las depresiones, que no sufren cardiopatías, saben cuidarse...) Una situación que, si nos fijamos en algunas de las afecciones más comunes, compuerta diagnósticos erróneos o tardíos.

Corazón, pulmones y salud mental

Por ejemplo, en el caso del ictus. A pesar de ser la primera causa de muerte de las mujeres en España, a ellas se lo hacen menos pruebas y se los administran menos tratamientos que a los hombres. Hasta hace poco tiempo no se determinó que las señales de alarma de ictus son diferentes en los dos sexos.


En cuanto a enfermedades respiratorias, como la EPOC, el asma y las bronquiectasias, están aumentando su prevalencia en todo el mundo. Y se manifiestan de forma más grave en las mujeres que en los hombres, con una mayor afectación a su calidad de vida.


En cuanto a las enfermedades mentales, es más probable que en una primera visita una mujer salga con un diagnóstico de ansiedad o depresión que un hombre, a ellos se los hacen más pruebas por qué primero se piensa que su malestar tiene causas orgánicas. Esto supone que las ellas están sobre medicadas: el 85% de los psicofármacos se prescriben a mujeres.


A la vista de estos ejemplos está claro que el modelo actual tiene como resultado una medicina poco justa y desigual para las mujeres que tiene que evolucionar y mejorar. Por qué, como decía en una entrevista en el diario 'Ahora' el especialista en Salud Pública Lucia Artazco: "La salud de la mujer no es nada más y nada menos que la del hombre, sino diferente".

Unos cuántos datos por la reflexión

Las mujeres tienen mayor esperanza de vida que los hombres: 86,2 vs. 80,7. Antes de la Covid, ahora ha bajado 1,5 años por los dos sexos. Pero ellas tienen peor salud los últimos veinte años de vida y los hombres los últimos catorce años. Las mujeres tienen el doble de malestar emocional y depresión diagnosticada (11%) que los hombres (4%), pero los hombres representan el 74% de las personas en Cataluña que durante el año 2020 murieron por esta causa.


Entre los hábitos tóxicos, los hombres fuman más que las mujeres y tienen más consumo de riesgo de alcohol, pero este paradigma está cambiando entre las generaciones jóvenes. A lo largo de la última década, la mortalidad por cáncer de pulmón ha aumentado un 20% en las mujeres frente al 5% en los hombres, a causa de los cambios de patronas de consumo de tabaco entre ambos sexos. Entre los comas etílicos atendidos al sistema de emergencias médicas público de Cataluña hay más chicas jóvenes que chicos.


Los comportamientos en relación con el consumo y las adicciones varían en la medida que cambian los roles masculinos y femeninos de las sociedades y, por lo tanto, las enfermedades que llevan asociadas.

Fuentes consultadas
. La Salut de les dones i la dels homes. Diferències i desigualtats en salut. 2020. Conselleria Salut. Generalitat de Catalunya
. Enquesta de Salut de Catalunya (ESCA). 2018, 2018, 2020
. 'Perspectiva de género en Medicina'. Fundació Dr Antoni Esteve
. Fer Salut. 'Salut i gènere el camí cap a la igualtat'
. Dossier diari ARA