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Son medicamentos que se utilizan para tratar la ansiedad y el insomnio severo, pero no deben tomarse de forma rutinaria y siempre deben ser administradas bajo prescripción y supervisión médica.  

Para mejorar el insomnio y la ansiedad, también son esenciales adoptar el hábito de higiene del sueño y mejorar el estado emocional, realizar actividad física, técnicas de relajación, seguir una alimentación saludable, disfrutar del tiempo de ocio y realizar actividades grupales.  

También existe la Prescripción Social, que facilita la conexión con actividades y recursos comunitarios como grupos de apoyo o talleres. En caso de duda, preguntéis a vuestro profesional de referencia.

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